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miércoles, 17 de septiembre de 2025

¿PODRÍAN SER LAS STABLECOINS UNA MANIOBRA DE EE.UU. PARA MANTENER SU HEGEMONÍA ECONÓMICA MUNDIAL?

Normalmente, los compradores de deuda pública suelen ser bancos centrales de países extranjeros (Japón, Gran Bretaña, China, Europa, etc.), grandes fondos de inversión, planes de pensiones, compañías de seguros, etc. 

Sin embargo, en los últimos tiempos ha aparecido un nuevo gran cliente, una "mano fuerte" del mercado financiero, las stablecoins.

Pero, empecemos por el principio, ¿qué son las stablecoins?




Las stablecoins (criptomonedas estables)

Las stablecoins son criptomonedas diseñadas para mantener un valor estable, normalmente vinculado (o "anclado") a un activo de referencia como el dólar estadounidense (USD), el euro, el oro o una cesta de activos. Y su objetivo es claro, lo indica su propio nombre, reducir la volatilidad típica de las criptomonedas como Bitcoin o Ethereum.

Es decir, son criptomonedas diseñadas para mantener un valor fijo, normalmente anclado 1:1 al dólar estadounidense.

En 2025, el mercado está claramente dominado por dos emisores, Tether (USDT) y USD Coin (USDC)

Entre ambos concentran más del 85% del mercado, con una capitalización conjunta superior a 230.000 millones de dólares. Esto significa que prácticamente todo el tráfico mundial de “dólares digitales” depende de ellos.

El mecanismo de funcionamiento es simple, un usuario entrega dólares a la empresa emisora.

Esta emite la misma cantidad de tokens digitales (USDT, USDC, etc.).

Y para respaldarlos, la empresa invierte esos dólares en activos seguros.

La clave está en saber cuáles son esos “activos seguros” en los que la empresa emisora invierte el dinero recibido. Y aquí es donde entran en juego los T-Bills, los bonos del Tesoro de EE. UU. a corto plazo.

La promesa también es muy simple, si tienes 1 USDT o 1 USDC, equivale a tener 1 dólar. 

Pero esa estabilidad se consigue respaldando cada token emitido con reservas en dinero fiat, o en activos financieros seguros, principalmente los T-Bills.

Sí, los T - Bills, es el instrumento preferido de los emisores de stablecoins. 

¿Por qué? por que son líquidos, considerados libres de riesgo, y generan intereses estables y muy predecibles.

No en vano, en 2024 Tether reportó tener más de 55.000 millones de dólares en T-Bills en cartera. Es decir, casi un banco central paralelo comprando deuda pública.

Por ejemplo: compras 1.000 USDC → financiación del Tesoro

Entonces, tú compras 1.000 USDC con 1.000 dólares, Circle (emisor de USDC) recibe 1.000 dólares, los invierte en bonos del Tesoro de EE.UU., los intereses generados (5% anual, por ejemplo) se los queda Circle, la empresa emisora, mientras tú tienes la tranquilidad de tener tu dinero invertido en dólares digitales, un "activo seguro".

Mientras tanto el gobierno de EE.UU. financia su déficit con ese dinero.

Efectivamente, lo que parece un simple dólar digital es, en realidad, un trozo de deuda pública estadounidense.

Pero yendo mucho más allá de su función de paridad con respecto al dólar, ¿acaso las stablecoins serán la herramienta de financiación encubierta del déficit crónico del gobierno de los EEUU?


¿Y qué es el dinero fiat?

El dinero fíat es una forma de dinero cuya cualidad proviene de su declaración por parte de los Estados como tal. Son monedas fíat el dólar estadounidense, el euro, el yen y las principales monedas de reserva desde el fin de la Conferencia de Bretton Woods en 1971.

Este tipo de dinero que no está respaldado por ninguna mercancía, como el oro o la plata, y que suele ser declarado de curso legal por un decreto del gobierno y mediante regulación gubernamental.

El dinero fíat no tiene valor intrínseco y, por tanto, no tiene valor de uso. Tiene valor porque el gobierno que le da el estatus de moneda de curso legal recauda los impuestos en dicha moneda, haciendo necesaria su obtención por parte de los contribuyentes; las personas lo usan como unidad de cuenta o, en el caso de la moneda, como medio de cambio. Confían en que será aceptado por comerciantes y otras personas.

El dinero fíat es una alternativa al dinero mercancía, es decir, una moneda que tiene valor intrínseco porque contiene un metal precioso, como el oro o la plata, incrustado en la propia moneda.

 

El dinero fiat tiene valor porque los gobiernos le dan el estatus de moneda de curso legal, pero, ¿nos fiamos de los gobiernos?


Pero si algo nos ha enseñado la historia es que los sistemas fiat -incluso los más sólidos-, aquellos que no están respaldados por un activo real, acaban colapsando.

Recordemos, en el imperio romano, el denario perdió prácticamente todo su contenido en plata; durante la revolución francesa, los assignats se devaluaron hasta desaparecer; durante la República de Weimar el marco sufrió una hiperinflación tras la Primera Guerra Mundial, en la que se veían carretillas de billetes para ir a comprar un kilo de patatas; en Zimbabwe, la inflación llegó al 231 millones% en 2008, de hecho se llegaron a emitirse billetes de hasta 100 billones de dólares zimbabuenses; más recientemente en Venezuela se han emitido billetes de billones de bolívares, pero sin valor alguno.

El patrón parece claro, cada cierto tiempo los sistemas fiat tienden a colapsar. Y desde que EE.UU. abandonara el patrón oro en 1971 (lo de Breton Woods) han pasado 54 años, por lo que el riesgo de un reset financiero global en la próxima década no es menor. ¡Si hasta parece que nos están preparando para ello!



Anverso del billete de 100 trillones (billones en la escala corta) de dólares de Zimbabue, año 2008


Pero sigamos con las stablecoins

En apenas una década, las stablecoins han pasado de ser un experimento cripto a mover más de 27 trillones de dólares anuales en transacciones.

No estamos hablando de un cliente menor, para nada.

Para muchos, son simplemente “dólares digitales” que permiten enviar dinero rápido y barato. Sin embargo, detrás de esa fachada de estabilidad se esconde un engranaje financiero más profundo, estas monedas estables no solo funcionan como medio de pago, sino que se han convertido en un pilar estratégico en la financiación de la deuda pública estadounidense.

Las stablecoins cumplirían de esta forma tres funciones clave para la estrategia financiera y geopolítica de Washington:

  • Financian la deuda pública, cada stablecoin emitida es deuda comprada por el emisor.
  • Refuerzan el dominio del dólar, en países con inflación descontrolada (Argentina, Turquía, Nigeria), millones de ciudadanos prefieren ahorrar en USDT/USDC que en su propia moneda.
  • Aseguran control geopolítico, al ser trazables y programables, permiten sancionar direcciones concretas y competir contra CBDCs* de otras potencias, como el yuan digital chino o el futuro euro digital.


Por tanto, la gran pregunta es: 

¿son las stablecoins una jugada maestra del Gobierno de EE.UU. para reforzar su hegemonía económica mundial o una bomba de tiempo disfrazada de dinero estable?


Y claro, ante semejante volumen de compra, era necesaria una ley que lo regulara. En base a ello en julio de 2025, Donald Trump firmó la GENIUS Act (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins) la primera gran ley federal de stablecoins, que entrara en vigor en enero de 2027, y que establece por primera vez un marco legal federal para la emisión, supervisión y uso de stablecoins de pago en el país. 

La normativa marca un hito regulatorio para la industria de las criptomonedas y refuerza el liderazgo de EE.UU. en innovación financiera digital, con la consiguiente expansión de la base monetaria en dólares, más allá de los tipos de interés.

Además esta Ley ha sido promovida de forma bipartidista por senadores republicanos y demócratas, aprobada tras meses de negociaciones, otorga claridad legal a emisores, consumidores y reguladores sobre el uso de estas monedas digitales vinculadas al valor del dólar.

Esta ley marca un antes y un después, a través de los siguientes puntos clave:

  • Solo bancos y entidades supervisadas podrán emitir.
  • Reservas obligatorias, los emisores deberán mantener reservas completamente respaldadas 1:1 en efectivo, depósitos bancarios, bonos del Tesoro a corto plazo (T-Bills de menos de 93 días) u otros instrumentos de alta liquidez.
  • Prohibidas las stablecoins algorítmicas y el pago de intereses a usuarios.
  • Supervisión regulatoria dual, las entidades podrán optar por una regulación a nivel federal o estatal, si el régimen estatal es “sustancialmente similar” al federal y su capitalización no supera los 10.000 millones de dólares.
  • Informes auditados mensualmente.
  • Protección del tenedor, si quiebra el emisor, los tenedores son los primeros en ser reembolsados.
  • Proceso claro de aprobación, se establece un mecanismo formal y con plazos para que los emisores soliciten autorización, con derecho a apelación en caso de rechazo.
  • Interoperabilidad e innovación, la ley ordena el desarrollo de estándares de compatibilidad técnica e impulsa el estudio de modelos algorítmicos (endogenously collateralized stablecoins).

LAS STABLECOINS PROPORCIONAN UNA HERRAMIENTA DE EXPANSIÓN MONETARIA FUERA DE BALANCE, ELUDIENDO LÍMITES TRADICIONALES COMO EL TAPERING DE QE DE LA FED


Tras esto vendrá el siguiente paso, el llamado “Project Crypto” presentado formalmente el 31 de julio por el presidente de la Comisión de Valores (SEC) de Estados Unidos. 

Este proyecto pretende ser una revolución total de los mercados de valores norteamericanos, acelerando la transición de los mercados de capitales hacia el llamado “on chain”, es decir, hacia la tokenización de todo tipo de activos, incluido por supuesto el dinero, lo que implica una liberalización sin precedentes de los mercados, que implicará a su vez mucha mayor liquidez. Aunque no se propone como un objetivo explícito del proyecto, parece claro que la expansión monetaria indirecta va a ser extraordinaria. ¡Trump a tope!

Europa, muy lejos de estos avances, intenta seguir la senda, pero siempre detrás. De hecho actualmente ya existe el EURC (también de Circle), que esencialmente aspira a ser el USDC del euro, y básicamente cumple las mismas premisas:

  • Con el Reglamento MiCA, las stablecoins en euros deberán estar respaldadas 1:1 por deuda soberana.
  • Por lo que en la práctica, los ciudadanos también financiarán al BCE con cada “euro digital”.

El euro digital oficial -o CBDC- del BCE, podría lanzarse entre 2027 y 2030.

¿Qué hará China?, el país declaró ilegales las transacciones con criptomonedas hace cuatro años, pero muy recientemente aparco sus recelos iniciales por las cripto y se abre a adoptar monedas estables y activos digitales, relajando sus propias normas mientras hace "experimentos" en Hong Kong, con la Ordenanza sobre Stablecoin, intentando equilibrar sus posibles beneficios con los riesgos que pueden representar para su soberanía financiera.

Después de todo esto, parece claro pues, casi se podría asegurar, que las stablecoins dejaran de ser un experimento cripto para convertirse en una extensión oficial del dólar digital, de momento, y de otras monedas digitales, y EE. UU. quiere ir en cabeza, controlando su adopción y desarrollo en un nuevo intento, en este caso económico, de mantener su hegemonía mundial.

Más allá de que los diferentes Bancos Centrales vayan a usarla como un nuevo financiador encubierto de la deuda de los Estados, las stablecoins cumplen ya en la actualidad una serie de funciones reales para los usuarios:

  • Envíos internacionales rápidos y baratos, con comisiones mucho más bajas que los tradicionales Western Union u otros bancos.

  • Trading en cripto, como par de referencia en los diferentes exchanges, la mayoría de operaciones se hacen contra USDT o USDC; por ejemplo, normalmente se compra Bitcoin teniendo que cambiar de dólares o euros a USDC, en lugar de hacerlo directamente. Aunque otros exchange ya permiten efectuar un cambio directo, EUR/BTC o USD/BTC.

No todo es tan bonito

Pero por otra parte, están las implicaciones "negativas" de la futura implantación de las CBDCs por parte de los Bancos Centrales. A pesar de que todos ellos se apresuran a asegurar que las nuevas monedas digitales serán rentables para la banca (siempre preocupados por los beneficios de las entidades financieras), muchos expertos dudan de este argumento, señalando las contradicciones que, a su juicio, esconden estos proyectos.





Si la rentabilidad para las entidades bancarias depende de que los Bancos Centrales compensen los costes de distribución, no se trataría de un negocio genuino, sino de "una especie de subsidio encubierto". En este sentido, habrá que estar vigilantes, ya que generalmente todo lo que se presenta como gratuito desde alguna institución pública ya sabemos a quien acaba repercutiendo, a los ciudadanos y en sus bolsillos.

Otro argumento en contra es el de la estabilidad financiera. Un depósito digital en el Banco Central sería, por definición, más seguro que el dinero depositado en un banco comercial, ya que el segundo puede quebrar y el primero no. Ante un escenario de crisis financiera, los ciudadanos preferirían, lógicamente, llevar su dinero al "refugio oficial", lo que supondría una competencia directa con la banca privada tradicional, aunque los Bancos Centrales lo nieguen.

Además estaría el fin del dinero en efectivo, no es creíble que las monedas digitales vayan a ser un simple complemento al efectivo. Desde hace tiempo las políticas monetarias restringen progresivamente los pagos en metálico, revelando su clara intención. Cuando logren crear una infraestructura paralela más eficiente y segura para los poderes políticos y económicos, el efectivo dejará de ser su prioridad y pasará a ser tolerado, hasta que al final quede reducido a una especie de reliquia para coleccionistas.

En este sentido, y por último, pero por ello no menos importante, el trasfondo de la creación de las monedas digitales es el control de los ciudadanos. Una "moneda digital programable" permitiría al poder decidir en qué, cómo y cuándo gastamos nuestro dinero. Cada transacción será rastreable y cada movimiento se convertirá en una fuente de datos formidable. Por ello, el discurso de la modernidad tecnológica, la seguridad, la mejora del sistema de pagos, la protección, etc., no acaba de colar, ya que está ocultando su verdadero objetivo, el rediseño de una nueva relación entre los individuos y los Estados.


César J. Pollo - 2025 ©


* CBDCUna moneda digital de banco central, o CBDC por sus siglas en inglés (Central Bank Digital Currency), es una nueva forma de dinero emitida de forma electrónica por un Banco Central. Los Bancos Centrales buscan emitir sus propias monedas digitales con varios objetivos, unos confesables y otros menos, dado el aumento de los pagos electrónicos y el descenso del uso del efectivo (estas son algunas de las justificaciones), pero también porque la creación de instrumentos electrónicos de pago privados no regulados (fuera de su control), como las stablecoins, pueden poner en riesgo la estabilidad financiera. Eso es lo que dicen.
De ahí el interés por controlar las stablecoins e integrarlas en el sistema financiero regulado y controlado por los Bancos Centrales y los gobiernos.
En julio de 2021, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió poner en marcha el proyecto de un euro digital (véase Nota de Prensa) y, actualmente, el BCE se encuentra trabajando en los preparativos de su posible emisión.




¿PODRÍAN SER LAS STABLECOINS UNA MANIOBRA DE EE.UU. PARA MANTENER SU HEGEMONÍA ECONÓMICA MUNDIAL?

Normalmente, los compradores de deuda pública suelen ser bancos centrales de países extranjeros (Japón, Gran Bretaña, China, Europa, etc.),...