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jueves, 11 de septiembre de 2025

CASAMANCE (SENEGAL), EL SUR TAMBIÉN EXISTE

Pero aquí abajo, abajo

cerca de las raíces

es donde la memoria

ningún recuerdo omite

y hay quienes se desmueren

y hay quienes se desviven

y así entre todos logran

lo que era un imposible

que todo el mundo sepa

que el Sur,

que el Sur también existe.

Mario Benedetti


Al sur de Senegal, entre el río Gambia y Guinea-Bissau, se extiende un vasto territorio que debe su nombre al majestuoso río que lo baña, Casamanza, Casamance, palabra que puede derivar de la expresión “casa de mança” que en portugués significa casa del patrón o de “Casamansa” rey ('mansa') de Kasa, una tribu desaparecida en la actualidad y, que desde cerca de las remotas montañas de Fouta-Djalon, fluye lentamente en dirección este-oeste a lo largo de más de 300 km. bañando las fértiles tierras de sus orillas. Sin embargo, a pesar de su homogeneidad geográfica, histórica y natural, en la actualidad este territorio se encuentra dividido en diferentes circunscripciones administrativas establecidas desde la siempre lejana, geográfica y culturalmente, Dakar.

La escasa elevación del terreno y su llanura provocan que, en los kilómetros finales antes de su desembocadura, las aguas del río, mezcladas con las del mar, se extiendan en una extensa red de canales y meandros (bolongs), que se alían con la exuberante vegetación dando como resultado un vergel natural de elevada biodiversidad, donde se alternan las fértiles huertas, los arrozales y los campos de mandioca de los alrededores de las poblaciones, con las ceibas gigantes, los exóticos palmerales y los impresionantes baobabs.

El río Casamance y su extensa área de influencia, dominada por inmensos manglares y zonas encharcadas (marigots), junto con el bosque subtropical y la franja costera aledaña, formada por numerosos islotes e inmensas playas, conforman un territorio de gran riqueza e interés natural en el contexto del África occidental.




La zona marina aledaña es considerada por WWF como una ecoregión prioritaria a nivel mundial, denominada Western Africa Marine Eco-Region.

El área alberga hábitats de gran valor y es de vital importancia para numerosas especies faunísticas, como el manatí de África Occidental (Trichechus senegalensis) especie catalogada como Vulnerable y recientemente incluida en el Anexo I de CITES, así como para la invernada de un gran número de especies yejemplares de aves migratorias del paleártico occidental que se asientan en la franja subsahariana a pasar el invierno, siendo la zona costera de Casamance uno de sus principales cuarteles de reposo. 

Otros grupos animales, como varias especies de tortugas marinas, todas ellas catalogadas como amenazadas o críticamente amenazadas, también tienen en las playas y en los tramos costeros más aislados de Casamance una zona importante de anidación y sustento. Esta riqueza en valores naturales ha motivado la declaración de varios espacios naturales, la Reserva Ornitológica de Kalissaye y el Área Marina Protegida de Abéné al norte del río Casamance y el Parque Nacional de la Baja Casamance, cerca de la frontera con Guinea-Bissau.




Los habitantes de estos territorios, los diola son actualmente la etnia mayoritaria si bien otras etnias (mandingas, peul, lebu, wolof) también están presentes en estos inmensos espacios, han sido capaces de resistir las influencias externas y mantienen vivas todavía hoy numerosas costumbres, tradiciones y supersticiones, donde subsisten los rituales animistas con los últimos “reyes” locales.

Desde las primeras décadas de la colonización, los diola impresionaron a los europeos por su habilidad constructora, que da origen a impresionantes y únicas viviendas de barro mezclado con paja, las casas provistas de impluvium, con doble techo en forma de embudo que permite recoger al agua de lluvia en un depósito central y que en algunos casos tienen dos plantas (casses a etages) y varias terrazas, ejemplo de una arquitectura sostenible africana, que todavía hoy se conserva y puede visitarse en varias poblaciones, incluso algunas han sido transformadas recientemente en pequeños establecimientos hoteleros rurales.

Actualmente, los pueblos de Casamance, generalmente rodeados de una frondosa vegetación, son un auténtico espectáculo para los sentidos, donde se mezcla la bulliciosa actividad comercial con los coloridos vestidos de las mujeres, el ir y venir de los sept places, el suave olor a mango y los ruidosos juegos de los niños que, como en gran parte de África, destacan por su número y alegría.




UN POCO DE HISTORIA

Fueron los experimentados navegantes venecianos a las órdenes de monarcas portugueses quienes descubrieron y exploraron inicialmente estos territorios desde mediados del siglo XV y quienes fundaron su actual capital, Ziguinchor. 

El cuaderno de bitácora redactado por el navegante, explorador y comerciante de esclavos Alvise Cadamosto señala que: “Descubrimos la desembocadura de un río de una buena anchura, de aproximadamente media milla. Más lejos, avanzada la tarde, percibimos un pequeño golfo que se asemejaba al estuario de un río, como ya era tarde, lanzamos el ancla. Al día siguiente por la mañana izamos velas y penetramos en la desembocadura de un río que nos pareció casi tan grande como el Gambia. La visión de grandes árboles verdes a los dos lados de la orilla nos animó a plegar las velas y lanzar el ancla cerca de la desembocadura. Echamos lo botes al mar y partimos, tras acordar que dos de ellos conducirían a unos interpretes a tierra para informarse sobre el país y preguntar por los nombres del río y del señor del lugar”, esto ocurría en 1456.

En el posterior reparto de dominios y áreas de influencia realizado en África a lo largo del siglo XIX, una de las potencias coloniales emergentes, Francia, termino colocando estas tierras bajo su control y explotación, instalando a finales de siglo una base comercial de la Compañía francesa del África Occidental.

Los territorios situados a la orilla izquierda del río Casamance recibieron el curioso nombre de País de Flup, calificativo heredado de un antiguo reino Diola. Como ha sucedido en otras partes de África, el desconocimiento y escaso interés antropológico de los europeos a la hora de trazar las artificiales fronteras en este continente, provocó que esta zona fuera repartida entre Senegal (en la orbita francesa) y Guinea-Bissau (la antigua Guinea portuguesa).

Desde los primeros asentamientos europeos en la zona, los habitantes de Casamance manifestaron su espíritu libre y rebelde, enfrentándose frecuentemente con sus “descubridores”, dando origen a numerosos personajes históricos que lucharon contra la colonización y que continúan vivos en el recuerdo y en las tradiciones locales. El barco que conecta varias veces por semana Ziguinchor con Dakar en la actualidad, recibe el nombre de Aline Sitoé Diatta, una de las heroínas de la resistencia contra el colonialismo francés, que una vez capturada fue exiliada a Tombuctú, donde su rastro desapareció en la leyenda.

Ya en el siglo XX, la rivalidad con Portugal y el Reino Unido, junto con la creciente hostilidad de los diola, motivo que los franceses desmontaran sus contadores y principales bases comerciales de esta zona y se instalaran en las más florecientes ciudades del norte, Dakar y Saint Louis.

Con la independencia, esa actitud orgullosa y distante frente al poder se traslado hacia los funcionarios y los organismos de la administración establecida desde Dakar, monopolizados en sus puestos clave por responsables de otras etnias, generalmente ajenos a las realidades y costumbres de la región, que frecuentemente ha sido olvidada en los planes de desarrollo e infraestructuras del país. Todo ello generó un sentimiento de aislamiento y abandono que terminó cuajando en un movimiento político-guerrillero independentista.

Con diferencia Casamance es la región más fértil y hermosa de Senegal, encierra enormes posibilidades en el ámbito de la agricultura, el turismo y el comercio, siendo en la actualidad su gran riqueza pesquera el principal recurso natural en explotación y el que concentra la mayor parte de la actividad económica de las poblaciones litorales.




Pero además, Casamance es la zona costera tropical más cercana a Europa, con grandes playas, abundante sol y aguas cálidas, que junto a otros ingredientes a los que los viajeros no pueden ni deben renunciar (manglares, bosques sagrados, culturas y etnias diversas, población hospitalaria, construcciones sostenibles, danzas milenarias, artesanía creativa, medicina tradicional, etc.), contribuyen a invitarnos a conocer una parte de la magia y los misterios que África ofrece y que hacen de esta zona un destino turístico de primer orden.

Sin embargo, a pesar de los numerosos recursos y posibilidades, los departamentos de Senegal situados al sur de Gambia han sido el escenario durante varias décadas de un conflicto armado de carácter separatista, uno de los más prolongados de África.

Desde 1982, los enfrentamientos entre los rebeldes y el ejército han sido la causa principal de numerosas víctimas, de incursiones fronterizas, de contrabando de armas, de inestabilidad política a ambos lados de las fronteras, de un elevado número de refugiados, de la destrucción y abandono de numerosas infraestructuras, en definitiva, del fracaso de la economía y de la desintegración de la estructura social. De forma que la en otro tiempo prometedora Casamance, con sus inmensas playas tropicales, sus riquezas naturales y etnográficas, situada a cuatro horas de vuelo desde Europa, ha perdido atractivo a ojos de los potenciales visitantes, debido a que las pocas noticias que proceden de esta zona son con frecuencia de signo negativo.




Hacer una relación de los lugares más interesantes, convertiría este escrito en un extenso documento, sin embargo los principales destinos turísticos se localizan en la isla de Carabane, uno de los principales asentamientos comerciales durante la colonia, pero que en la actualidad es una tranquila isla en la desembocadura del río Casamance donde unos pocos alojamientos y restaurantes ofrecen a los visitantes la gastronomía (ostras, mariscos, arroz y pescados) y la hospitalidad local en un ambiente de sosiego y tranquilidad; la más animada Kafountine, una comunidad de pescadores junto a una magnífica y salvaje playa, donde los visitantes se pueden encontrar en un ambiente más parecido a Jamaica que a Senegal, su distancia respecto a la capital regional y su acceso dificultoso han convertido a esta localidad en destino frecuente de viajeros independientes y pequeños grupos de turistas que se alojan en los campamentos turísticos (campements villageois) situados junto a la playa; Mlomp un pequeño pueblo de pescadores donde se levantan varias viviendas de barro de singular belleza que es recomendable no perderse, como en Elinkine, convertido recientemente en un importante y animado puerto pesquero. Abéné, situada al norte de Kafountine y cerca de la frontera con Gambia, también tiene magníficas playas, es lugar de destino de los amantes de los ritmos africanos que acuden a las modestas escuelas de djembe y al festival anual de música. 

Cap Skirring, situado en la zona más meridional de la baja Casamance, este antiguo pueblo de pescadores junto a la playa ha sido uno de los principales destinos turísticos de la región, donde se establecieron ya hace muchos años numerosos hoteles, algunos pertenecientes a grandes cadenas hoteleras francesas.

Las poblaciones más grandes de la región son Bignona, Oussouye, y Diouloulou, en general menos atractivas que las pequeñas localidades, y por supuesto la capital, Ziguinchor, que a pesar de tener más de 200.000 habitantes, todavía conserva el encanto decadente de su pasado colonial, con construcciones de época, bulliciosas calles con animados mercados donde se ofrecen todo tipo de productos y mercancías, y un puerto fluvial que funciona como vía de comunicación, tanto con Dakar, el río es navegable hasta Ziguinchor para grandes barcos, como para la comunicación entre las poblaciones ribereñas mediante embarcaciones de menor calado, que son utilizadas frecuentemente por los turistas.

Ziguinchor es la puerta de entrada a Casamance y sin duda el mejor punto de partida para conocer el resto de la región, desde donde es posible acceder a las diferentes poblaciones, playas, islas, bosques, y acudir a conocer las singulares ceremonias, las vistosas danzas, los rituales ancestrales y, sobre todo, disfrutar de la hospitalidad y alegría de sus gentes, todo este conjunto de posibilidades resultan un imán irresistible para los viajeros que se aventuran a conocer las esplendidas y fértiles tierras situadas al sur del río Gambia.

Desgraciadamente en los últimos tiempos Casamance es más conocida por la insurrección separatista que por sus abundantes riquezas y belleza. Esperemos que las frecuentes conversaciones entre los representantes del gobierno y los líderes rebeldes culminen en una paz definitiva que permita a sus habitantes vivir con tranquilidad en su tierra y a los viajeros disfrutar de una de las regiones más hermosas de África occidental.


Obras recomendadas para ampliar la información sobre Casamance:

• Guía práctica de Senegal, Rafael y Pedro José Rodríguez Tomás, 2ª edición, 2004

• Binta y la gran idea, Javier Fesser, Comité Español de la UNICEF, nominada a los Oscar, 2004

• Pourquoi la Casamance n´est pas indépendante, J-M. François Biagui. Ed. Clairafrique, 2008

• Casamance. Un paraíso africano, Ricardo Curtis, 2009

• Gambia y Senegal, Katharina Kane, Lonely Planet/Geoplaneta, 2010

• Senegal y Gambia, Lonely Planet Magazine, nº 30, febrero 2010

• Senegal, Altair nº 79/1, septiembre 2012




Este texto fue publicado originalmente en la revista digital "Mirada Natural. Tu portal de fotografía de naturaleza" en noviembre de 2013.

El desconocimiento sobre la situación de los recursos naturales y la potencialidad ecoturística de la zona, motivo que durante los año 2008 y 2009 la Fundación Tierra Ibérica (www.fundaciontierraiberica.org) realizara un proyecto de cooperación relacionado con el desarrollo de actividades sostenibles en el área costera de Casamance, con el apoyo económico de la Oficina de Cooperación de la Universidad de Salamanca y de SWOT (The State of the World´s Sea Turtles), la colaboración de la Dirección de Parques Nacionales de Senegal y de la Asociación Senegalesa de Amigos de la Naturaleza y el asesoramiento de investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC).


César J. Pollo - 2025 ©  



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