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jueves, 4 de septiembre de 2025

UNA OPORTUNIDAD ÚNICA PARA LEÓN - ECLIPSE TOTAL SOLAR DEL 26 DE AGOSTO DE 2026

León no debería dejar pasar esta oportunidad única que nos brinda el universo, en esta tierra castigada por los desastres naturales, se abre una singular ventana de oportunidad. Muchos visitantes vendrán a España por la infraestructura turística disponible y por la facilidad de acceso por carretera o avión.


Eclipse solar total del 12 de agosto de 2026.

El eclipse total comenzará al amanecer en una zona remota del norte de Siberia.

La trayectoria del eclipse total recorrerá el casquete glaciar del Ártico, acercándose a tan solo un grado del Polo Norte. El primer punto de llegada a Groenlandia se producirá en su extremo norte para luego cruzar el Parque Nacional del Noreste de Groenlandia. El fiordo más grande del mundo, Scoresby Sund, experimentará hasta 2 minutos y 16 segundos de totalidad.

Tras cruzar el estrecho de Dinamarca, la totalidad cubrirá el oeste de Islandia, incluida su capital, Reikiavik. Poco antes de finalizar al atardecer, el eclipse total cruzará el norte de España con una duración máxima de 1 minuto y 49 segundos. El último punto de llegada a tierra del eclipse total serán las Islas Baleares.





La duración máxima de la totalidad ocurre dentro del punto rojo en la trayectoria amarilla de la totalidad del eclipse, cerca de Islandia. La magnitud del eclipse es la fracción del tamaño aparente del disco de la Luna en comparación con el Sol. La gamma del eclipse es la fracción qué tan cerca pasa el centro de la sombra de la Luna respecto del centro de la Tierra.



Más información en: Eclipsewise.com


César J. Pollo - 2025  ©

domingo, 31 de agosto de 2025

CONSECUENCIAS AMBIENTALES Y SANITARIAS DE LOS INCENDIOS EN LEÓN (agosto 2025) - PRIMER AVANCE

 

Un rápido y breve resumen sobre los incendios en la provincia de León durante el mes de agosto de 2025 y sus principales consecuencias ambientales, económicas y sanitarias.


1) Magnitud y superficie afectada

Según la Junta de Castilla y León, la superficie quemada por grandes incendios (≥500 ha) entre el 18 de julio y el 26 de agosto asciende a 141.131 ha en la comunidad, de las cuales más de 108.000 ha corresponden a la provincia de León, lo que supone casi el 65% del total. Estas cifras se basan en datos de Copernicus, y son preliminares hasta una validación definitiva en campo.



Foto satélite Copernicus a 24/08/2025



Ver también: ¿POR QUÉ LA REGIÓN ENTRE ZAMORA, LEÓN Y ORENSE ARDE TANTO?


2) Impacto sobre espacios protegidos y biodiversidad

Los incendios han afectado gravemente a hábitats, alguno de ellos prioritarios, de espacios naturales y de la Red Natura 2000 en León, incluyendo ZEC y ZEPAs como Montes Aquilanos, Sierra de la Cabrera, Alto Sil, Sierra de los Ancares, el Monumento Natural del Lago de La Baña y áreas del Parque Nacional de Picos de Europa y del Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre.


Además, el incendio de Yeres arrasó gran parte del Monumento Natural de Las Médulas (Patrimonio Mundial) y su entorno, comprometiendo tanto valores naturales como culturales. WWF alerta que el 89% de los bosques en RN2000 ya estaban en estado “desfavorable”, por lo que estos incendios aumentarán aún más su vulnerabilidad postincendio.


Estos incendios también han afectado al hábitat de muchas especies, algunas catalogadas "En peligro de extinción", como el oso pardo y el urogallo cantábrico. Pero muchas otras más se han visto gravemente afectadas, teniendo que desplazarse hacia otras zonas en unos casos, y en otros, aquellas especies con menor capacidad de desplazamiento (anfibios, reptiles, insectos, etc.), muriendo directamente en los incendios.



Superficie de grandes incendios forestales 2025 por provincia. 
Fuente: forestry.es a 21/08/2025 




3) Calidad del aire y salud pública

La Junta de Castilla y León emitió alertas por niveles muy elevados de partículas PM2,5 en León, recomendando evitar actividades físicas y el uso de mascarillas FFP2. 

Copernicus confirma que las emisiones de agosto fueron las más altas desde 2003, con humo que alcanzó incluso Francia y Reino Unido. Los hospitales registraron ingresos por crisis respiratorias, y algunos expertos advierten que los efectos pueden prolongarse días tras la extinción. 



Calidad del aire en España a 27 de agosto de 2025

4) Coste económico estimado

El coste de los incendios de 2025 supera los 10.000 millones €, con 8.000 millones en extinción y 2.000 millones en restauración. Aplicando ratios (19.000–20.000 €/ha en extinción) a las 107.000 ha de León, el gasto directo podría rondar 2.000 millones € solo en esta provincia, sin incluir pérdidas indirectas (turismo, servicios ecosistémicos, comunicaciones). La Junta ha aprobado un plan de ayudas urgentes por 114 millones € para afectados y la restauración inicial. 


5) Regeneración y horizonte temporal

Estudios recientes (CSIC, ULE) confirman que la regeneración natural comenzará en semanas en matorrales y rebollares, pero la recuperación estructural de robledales, pinares y castañares tardará 15–40 años. Las Médulas requerirá un plan integral de restauración cultural y ecológica “de alcance generacional”. Tristemente no es la visión temporal habitual de nuestros responsables, más centrados en una visión electoral cortoplacista.


6) Recomendaciones

  • Emergencia (0–6 meses): estabilización de suelos en microcuencas críticas (Boeza, Sil, Duerna), control de la erosión y protección del patrimonio en Las Médulas.
  • Medio plazo (1–5 años): restauración pasiva prioritaria, con intervenciones activas en áreas dañadas de alta severidad y en castañares singulares.
  • Largo plazo (10–40 años): seguimiento de conectividad ecológica y recuperación de hábitats RN2000.

Conclusión

Los incendios de agosto de 2025 en León constituyen el mayor desastre ambiental registrado en la provincia, con más de 108.000 ha afectadas y graves impactos en diferentes espacios naturales de gran valor ecológico (Montes Aquilanos-Teleno, Ancares-Alto Sil, Picos de Europa, Lago de La Baña, Sierras de Riaño y Mampodre, Sierra de los Ancares, Las Médulas, etc.), con un inigualable patrimonio natural y cultural; consecuencias directas e indirectas sobre numerosas especies animales y vegetales, algunas catalogadas "En peligro de extinción", así como graves efectos para la salud pública, y un coste económico directo (extinción + primeras restauraciones) que podría superar los 2.000 millones € solo en León, a lo que hay que añadir pérdidas en servicios ecosistémicos y turísticos (con especial atención en Las Médulas, Picos de Europa y Sierras de Riaño y Mampodre).

El retorno a una situación similar a la previa, con recuperación completa del paisaje y sus servicios ecosistémicos exige pensar en décadas, aunque la vegetación pionera comenzará a cubrir el suelo en meses y las primeras mejoras visibles podrán hacerse visibles en los 2-5 primeros años si se ejecuta bien la fase de emergencia y se potencia la restauración, principalmente pasiva, allí donde la naturaleza pueda rehacerse sola.


César J. Pollo - 2025 © 


sábado, 16 de agosto de 2025

DEVASTACIÓN DE FAUNA POR INCENDIOS

 






Diferentes animales muertos en un incendio en la provincia de Zamora



Zorro huyendo de incendio en la provincia de Orense, foto: Brais Lorenzo




Los animales son seres sintientes, pero los humanos seguimos ignorando esta realidad. En emergencias, la ley obliga a tener y aplicar protocolos para los animales; sin embargo, no se cumple. Debemos exigir a quienes nos gobiernan que no dejen de lado a los animales, sean de la especie que sean. No podemos seguir mirando a otro lado frente a la falta de protocolos eficaces para los animales en situaciones de emergencia.

“La Ley 7/2023, en su artículo 21, es clara: ‘Los Planes de protección civil contendrán medidas de protección de los animales…’. Hoy, esos protocolos no existen. Esta omisión supone un incumplimiento legal, no solo un fallo ético. Es necesario y exigible el cumplimiento de la ley de manera urgente.

La falta de protocolos no solo cuesta la vida de animales, también de personas que los cuidan. Es hora de que entendamos esto. 

Es necesaria una cadena de mando única, técnicos de emergencias adscritos al 112, procedimientos de apertura segura de cercados y formación obligatoria para explotaciones, hípicas, protectoras, etc. Con estas medidas, muchos animales y personas estarán a salvo la próxima vez.

Muchos animales mueren pegados a la alambrada intentando huir del fuego. Un simple corte o apertura controlada les habría permitido escapar.



Es necesario aprobar un protocolo nacional y los distintos protocolos autonómicos de Protección Animal en Emergencias, integrados y coordinados entre 112, Bomberos, Agentes Medioambientales, Ayuntamientos, colegios profesionales y entidades de protección animal; mecanismos claros de apertura/evacuación de recintos (paddocks, naves y cercados) con cobertura legal para actuantes, priorizando salvamento seguro de animales y personas; retirada urgente de cadáveres y gestión responsable en incendios para proteger a la fauna carroñera y evitar riesgos sanitarios y ambientales; y la revisión de la normativa para sancionar la inacción ante animales en peligro y, en su caso, impulsar reformas que tipifiquen de forma expresa la omisión de auxilio a animales en contextos de emergencia.



César J. Pollo - 2025 ©  
(Otras fotos, sus autores)

viernes, 18 de julio de 2025

LAS MONEDAS DEL REINO DE LEÓN: HISTORIA, EMISIÓN Y SIMBOLISMO

La historia de la moneda en el Reino de León y particularmente la de su capital es una ventana privilegiada al poder, la ideología, la economía y el arte de uno de los reinos más influyentes de la Hispania medieval. A lo largo de los siglos XI al XIV, León no solo fue un centro emisor de numerario, sino un espacio simbólico de identidad política e imperial. La moneda, más allá de su función económica, fue instrumento de legitimación, propaganda, expresión cultural y disputa de soberanía.

Voy a abordar brevemente algunos aspectos de las emisiones monetarias leonesas, incluyendo aspectos históricos, simbólicos, técnicos, cronológicos y espaciales, desde los primeros experimentos en la época de Alfonso VI (1065-1072) hasta la consolidación bajo Alfonso VII (1126-1157), pasando por las complejas relaciones entre el poder regio y las instituciones eclesiásticas emisoras. También el simbolismo del león como icono, la evolución técnica de la acuñación, la organización de los monederos, la ubicación urbana de las cecas y la representación de las leyendas monetales.


El contexto del poder monetario en León

El “Ius Monetae”: titularidad y concesiones

El derecho a emitir moneda en la Edad Media, denominado ius monetae, fue un atributo esencial de la soberanía. En León, como en otras monarquías europeas, este derecho fue considerado privativo del rey, aunque en momentos específicos se concedieron facultades a iglesias o monasterios. Alfonso VI, por ejemplo, otorgó a Santiago de Compostela el privilegio de acuñar moneda, renovado por sus sucesores, aunque siempre con carácter condicionado y no perpetuo.

A lo largo de los siglos XII y XIII, aunque persistieron concesiones a entidades eclesiásticas (como el monasterio de Sahagún o el obispo de Palencia), se impuso progresivamente la centralización regia, culminando en 1202 con la venta general de la moneda por Alfonso IX. Desde entonces, la moneda fue un monopolio real efectivo.


Primeras emisiones del Reino de León (ss. XI-XII)

Alfonso VI y la moneda cristiana medieval

La conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI supuso el acceso a una infraestructura monetaria heredada de la taifa y del antiguo sistema visigótico. Desde ese momento, el rey leonés impulsa la primera moneda hispanocristiana medieval, acuñada en Toledo, León y Santiago.

Estas primeras emisiones incluyen símbolos cristianos como la cruz latina, alfa y omega, junto a leyendas como ANFVS REX y TOLETVA, reafirmando la nueva autoridad y la continuidad con la tradición visigoda. Aunque no figura el título de imperator en las monedas, el monarca sí lo usó profusamente en su actividad diplomática como “Imperator Totius Hispaniae”.


Dirham acuñado en Toledo, tras la conquista de Alfonso VI de León y Castilla.

Anverso: En árabe: No Dios / sino Dios, / sólo Él; en la orla: En el nombre de Dios, el Clemente, fue acuñado este dirham en la ciudad de Toledo.

Reverso [en árabe]: Fue acuñado este / dirham en la ciudad / de Toledo; en la orla: En el mes de Safar, año nueve y setenta y cuatrocientos.

Datación: 5/1086-6/1086 (Mes Safar de 479 H.)


Urraca I, la primera “Imperatrix”

Urraca I, hija de Alfonso VI, fue la primera mujer en Europa Occidental que reinó con poder pleno. Su figura, cargada de controversia y autoridad, aparece por primera vez en monedas con efigie real femenina. Emitió monedas con su retrato frontal coronado y leyendas como VRACA IMPATRIX o V. IMP-ERATRIX, así como referencias a LEO CIVITAS, en clara vinculación con la ciudad de León como capital y símbolo.



Dinero de vellón, emitido por Doña Urraca, reina de León y de Castilla.

Anverso: +VRACA RE, entre gráfilas de puntos. Busto de frente con diadema.

Reverso: +TOLETVO, entre gráfilas de puntos. Cruz patada equilateral.

Huellas de la cruz patada del tipo del reverso en el anverso.

Datación: 1109-1112


Alfonso VII (1126-1157), el esplendor imperial en la moneda

Coronado emperador en León en 1135, Alfonso VII trasladó de forma sistemática el título imperial a la moneda. Fue el primer monarca en incorporar el símbolo del león rampante como representación del Reino y de la ciudad. Las monedas incluyen leyendas como LEONIS CIVITAS, IMPERATOR, y representaciones gráficas del león como icono. 

Hasta ese momento, el signo utilizado por los monarcas era la cruz. Al final de su reinado también aparecerá en documentos regios, y su uso se generalizará bajo Fernando II (1157-1188) y Alfonso IX (1188-1230). La primera referencia escrita del león como símbolo del rey se encuentra en la Chronica Adefonsi imperatoris, al describir los ejércitos que participan en la toma de Almería

Su numismática tuvo una función propagandística clara, reforzar la unidad imperial sobre los demás reinos cristianos y musulmanes peninsulares, y vincular la ciudad de León a su persona.

Dinero de vellón (plata y cobre), emitido por Fernando VII de León y Castilla.

Anverso: León rampante a derecha.

Reverso: IMPERATO. Cruz equilateral.

Datación: 1126-1157


El león como símbolo, origen, evolución e identidad

Aunque el nombre de León proviene del latín Legio, por la Legio VII Gemina, creada por el emperador Galba en Clunia (Burgos) cuando fue proclamado emperador por sus tropas en contra de Nerón en el año 68. Esta legión, nacida como Legio VII Galbiana, le sirvió para completar los efectivos de la Legio VI Victrix y obtener así un ejército que le permitiera convertirse en emperador.

La ciudad de León creció alrededor del lugar donde estaba asentada la Legión VI Victrix hasta 69, sustituida por la Legión VII Gémina en 74 procedente de Pannonia, siendo el nombre de León una evolución del término Legio, que acabó dando lugar en romance a León.

Desde la Edad Media se reinterpreta como leo (león), favoreciendo una asociación visual y política. El león aparece desde entonces en monedas, sellos, miniaturas y escultura como símbolo de la realeza, la ciudad y el imperium.

El león era un emblema parlante, pues hacía referencia al nombre del reino.

La figura de ese primer león no se ajustaba a las posteriores normas heráldicas y varió en cuanto a su forma y postura;​ casi todos los leones que aparecen en monedas, signos rodados y sellos de los reyes son pasantes, unas veces orientados hacia la derecha y otras hacia la izquierda, acompañada de la leyenda con el nombre de la ciudad.

Frente a esto hay dos excepciones, las figuras de los escudos de Fernando II y Alfonso IX en la catedral de Santiago de Compostela, que se representan como leones rampantes, en vertical, a lo largo del soporte.

El león sería el símbolo más antiguo de Europa Occidental, siendo anterior, por ejemplo, a los tres leones ingleses (1189-1199, con Ricardo Corazón de León, aunque su hermano ya utilizó dos leones en un sello en 1177) y a las flores de lis francesas (1180-1223, durante el reinado de Felipe Augusto).

La elección del león como emblema remite a su papel en la iconografía bíblica (la Biblia dice que Cristo es "el león de Judá") y grecorromana como figura de fuerza, justicia, vigilancia y majestad.


Las Casas de Moneda en el Reino de León

Antes de 1263, los talleres de moneda eran itinerantes o temporales, vinculados a concesiones concretas. La ciudad de León contó con casa de moneda desde al menos 1087 hasta 1391. Otras ciudades leonesas con actividad monetaria fueron Santiago, Sahagún, Zamora, Lugo, Salamanca, Astorga, Oviedo y Ciudad Rodrigo.

En León, se ha documentado toponimia como Calle de la Moneda, y según la urbanística medieval, la ceca solía ubicarse en calles estrechas, próximas al centro urbano, a fuentes de agua y al poder eclesiástico o político.

En el siglo XII, el geógrafo y viajero árabe Edrisi escribió lo siguiente sobre León: "Allí se practica un comercio muy provechoso. Sus habitantes son ahorradores y prudentes". Tenemos también noticia de León a través de diversos códices, entre ellos el Codex Calixtinus, manuscrito que, entre otras cosas, contiene información sobre la ruta que los peregrinos seguían hacia Santiago de Compostela. Con el tiempo, la ciudad conoció el desarrollo de nuevos barrios, en ocasiones extramuros de una ciudad que ya se quedaba pequeña, y casi siempre a la vera del camino de los peregrinos, que accedían a la ciudad por la llamada Puerta Moneda.


Técnicas de acuñación y organización productiva

Preparación técnica

La acuñación incluía la preparación de cuños, la fundición de cospeles y el uso de martillos y yunques. El proceso era controlado por oficiales regios o monederos especializados, que respondían ante la Corona. La ciudad de León fue también sede de tratados técnicos de ensayo monetario en 1393, lo que muestra un alto grado de desarrollo.

El rol de los monederos

Los monederos eran artesanos privilegiados, con estatus jurídico especial otorgado por el Rey. León y otras ciudades contaban con gremios o corporaciones de monederos, encargados de la producción, ensayo, marca y autenticación de la moneda, así como de la responsabilidad de controlar la regularidad de las emisiones monetarias, en cuanto a forma, peso y aleación.


Sistemas monetarios, trimetalismo y bimetalismo

En los siglos XII y XIII, coexistían monedas de oro, los maravedís o morabetinos (de origen almorávide, utilizado por los reinos hispánicos durante la Edad Media en transacciones de relevancia), de plata y de vellón (aleación de un metal noble, generalmente plata, más raramente oro, con otro metal no precioso generalmente cobre o zinc). Los maravedís estaban emparentados directamente con el dinar de oro de Al-Ándalus, derivando su nombre del término por el que se conocía en Europa al grupo bereber de los Almorávides (en árabe: al-Murābiṭūn).

El sistema trimetálico provocaba problemas de equivalencias, falsificaciones y devaluaciones. El oro fue importante en León por el comercio atlántico y por las parias de taifas (impuesto que pagaban los reyes de taifas a los reyes cristianos, principalmente al Reino de León, para que no les atacaran y para ser protegidos de enfrentamientos entre las propias taifas o de los ataques de otros reinos cristianos), mientras que la plata dominaba en las emisiones cotidianas.

El pago de las parias efectuado por los musulmanes peninsulares al reino de León favorece la presencia de gran cantidad de oro en esta ciudad desde mediados del siglo XII.​ Será entonces cuando el sueldo leonés, hasta entonces, junto a la libra, moneda principal de cuenta, adopte un valor más secundario incluso como divisor del morabetino que va desplazando a la libra en su papel principal. El morabetino viene a valer del orden de 8 sueldos en enero de 1205​ pagándose, a su vez, 16 dineros por sueldo en enero de 1214.

Con el tiempo se desarrolló una política de estabilización monetaria con ordenanzas concretas y marcas de taller, impulsando una cierta uniformidad en la moneda leonesa y castellana.


Representación de las leyendas monetales

Las monedas leonesas emplearon leyendas en latín, que incluían nombres de monarcas, títulos (REX, IMPERATOR), topónimos (LEO, TOLETVN, SANTIAGO), y fórmulas cristianas (DEI GRATIA). Estas leyendas eran parte de la comunicación simbólica del poder y su estudio epigráfico revela variantes gráficas significativas.

La cruz patada, un león o el busto esquematizado del rey o la reina con el cabello suelto y una diadema, junto a leyendas como ANFVS. REX, VRACA RE, LEONIS, DEI GRATIA REX alrededor de la moneda en el anverso; mientras que aparece la cruz patada, el crismón, estrellas y roeles y leyendas como TOLETVN, IMPERATOR, INNE PATRIS T FLI T SPS SCI, en el reverso. Incluso monedas con leyendas en latín y en árabe en la misma pieza.


Maravedí en oro, emitido por Alfonso IX de León y Castilla.

Anverso: Busto coronado del rey. ALFONSVS:DEI:GRATIA:REX.

Reverso: León rampante a la derecha. INNE PATRIS T FLI T SPS SCI.

Datación: 1190-1200


Maravedís en oro, dirhams, doblas, meajas, óbolos y dineros de vellón.

Las leyendas fueron herramientas de propaganda y de diferenciación regional, incorporando símbolos visuales que eran fácilmente identificables por los usuarios analfabetos, que era la mayoría de la población.


Transiciones y Reformas (ss. XIII-XIV)

Con posterioridad Alfonso IX (1188-1230) centralizó el poder de emisión de moneda y a partir de Alfonso X (1252-1284) se unifican los tipos monetarios en todo el reino, con una política centralizada que elimina la dispersión de cecas. A pesar de ello, la ciudad de León conserva su importancia hasta el siglo XIV. Alfonso XI y Pedro I introducen reformas monetarias en las que se consolidan los dineros de vellón y se reducen las emisiones locales.

Durante las guerras civiles y las luchas internas, algunos aspirantes al trono, como Sancho IV (1284-1295), llegan a emitir monedas propias en León, lo que muestra la importancia política de controlar la ceca leonesa para asentar sus aspiraciones al trono.


Como conclusión se puede decir que la moneda en el Reino de León y su capital fue mucho más que un medio de cambio, fue un símbolo imperial, un instrumento de propaganda, una herramienta jurídica y una manifestación del poder real. Desde las primeras emisiones cristianas de Alfonso VI hasta las reformas centralizadoras de Alfonso X, la ceca de León reflejó la evolución de este Estado medieval hispano y su peculiar identidad.

El uso del león como icono, la presencia de leyendas con títulos imperiales, la ubicación urbana de las casas de moneda y las innovaciones técnicas y jurídicas evidencian un sistema numismático sofisticado y profundamente imbricado en la historia política de la Península Ibérica.



Para profundizar un poco más:

AA.VV. Reino de León. 910-1230. Hombres, Mujeres, Poderes e Ideas. Ed. Edilesa.

García García, F. (2009). León, Base de datos digital de iconografía medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: 

https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/el-leon

Hernández-Canut, L. (2003). La divisa del Emperador, Crónica Numismática, 154, pp. 38-42.

Mínguez Martínez, Julio (2011). «Moneda medieval en el Reino de León. Análisis de términos monetarios en la documentación del archivo de la catedral de León (711 - 1252)». Ab Initio: Revista digital para estudiantes de Historia 2 (Extra 1): 11-67. ISSN 2172-671X.

Mozo Monroy, M. (2017). Enciclopedia de la moneda medieval románica en los reinos de León y Castilla. Siglos VIII-XIV. Vol I.

Roma Valdés, A. (2010). Emisiones monetarias leonesas y castellanas de la Edad Media organización, economía, tipos y fuentes. A. Roma. ISBN 978-84-614-1268-6. OCLC 733586201

Roma Valdés, A. (2019). Las monedas leonesas y castellanas del siglo XII. (Colaboradores; Castro Alfonso, E., Rueda Rodríguez-Vila, P. y Sánchez Rincón, R.)

Serrano, A. (2023). León: ciudad y símbolo en la moneda. We are numismatics.



César J. Pollo - 2025 ©

sábado, 24 de mayo de 2025

CASTRO IUDEORUM Y MOISÉS DE LEÓN

Antecedentes históricos 

Castrum Iudeorum o Castro ludeorum, el "Castro de los Judíos" es un paraje y el nombre del histórico barrio judío (aljama o judería) de León.

Actualmente se asimila con el antiguo pueblo, y actual barrio de esta ciudad, conocido como Puente Castro. Sin embargo, este paraje estaba realmente situado en la ladera sur del cerro de La Mota junto a la orilla izquierda del río Torío, al este de la capital leonesa.

Este asentamiento data al menos del siglo XI, según un documento del Archivo de la catedral fechado el 22 de marzo de 1049, siendo un centro relevante para la comunidad judía del Reino de León durante la Alta Edad Media.

Cerro de La Mota (Puente Castro, León)

En el Concilio o Cortes de León de 1020, celebrado bajo la autoridad del rey Alfonso V, se reconocía la igualdad entre judíos y cristianos y concedía permiso para comprar casas y tierras, lo que permitió que se estableciera una importante comunidad judía en el castro.

Excavaciones arqueológicas realizadas entre 1999 y 2005 revelaron estructuras habitacionales de la judería altomedieval, confirmando su importancia como núcleo residencial y cultural. Estas excavaciones han proporcionado evidencia de la vida cotidiana y de la organización de la comunidad judía en la época.

Su ubicación estratégica cerca de la capital leonesa le permitió ser un importante centro de actividad comercial, artesanal, agrícola, religiosa y cultural. Las fuentes documentales y las crónicas de la época mencionan su relevancia, destacando su papel en la vida económica y social del Reino de León.

Fundado en 910, este antiguo reino hispano fue un actor clave en la Reconquista y en la formación de las posteriores entidades políticas cristianas de la península ibérica. La comunidad judía de Castro Iuedorum se benefició de la relativa tolerancia religiosa de la época, aunque enfrentó tensiones crecientes debido a conflictos sociales y políticos.

La importancia de este enclave, particularmente entre los siglos XI al XIII, es en parte debida a que tradicionalmente se asocia al nacimiento de Moisés de León, una figura clave en el misticismo judío y autor del Zóhar, la obra cumbre de la Cábala.

La capital del reino fue durante muchos años un espacio de tolerancia que permitió a figuras como Moisés de León prosperar intelectualmente antes de que las tensiones sociales y políticas afectaran profundamente a las comunidades judías, incluida la de Castro Iuedorum.

El 23 de julio de 1196 las huestes de Pedro II de Aragón y de Alfonso VIII de Castilla, intentan tomar la ciudad de León para derrocar a Alfonso IX, sitiando y atacando Castro Iodeorum a levante de la capital. Los judíos resistieron durante dos días. El 25 de julio las tropas aragonesas y castellanas logran superar las defensas y arrasan el Castro, que quedó deshabitado hasta el siglo XV.

Los judíos que no habían muerto o huido, fueron convertidos en esclavos. Los que consiguieron huir cruzaron el río Torío y se instalaron en el barrio de Santa Ana, dentro de las murallas.

El sacrificio de los judíos leoneses en Castro Iodeorum, posiblemente ayudó a ganar tiempo y evitó la caída de la capital del Reino, dando su vida por defender al resto de la población frente a las tropas cristianas de Aragón y Castilla.

A finales del siglo XIII, la atmósfera en la capital se volvió más hostil debido a la inestabilidad política bajo el reinado de Alfonso X (sabio en historia, literatura, justicia y ciencia, pero con grandes lagunas en economía) y a las tensiones y enfrentamientos entre nobles, la corona y las comunidades religiosas.

La desastrosa política económica de Alfonso X, que no cesaba de intrigar y de gastar para coronarse Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (era hijo de Beatriz de Suabia), y el consiguiente malestar social, provocó el estallido de una guerra civil al morir su heredero, Fernando, entre los partidarios de los hijos de éste y los de su hermano, el futuro Sancho IV. Alfonso X, necesitado de dinero, arrasó las aljamas del reino.

La situación se tranquilizó durante el reinado de Sancho IV pero se trastornó tras su muerte, cuando los judíos, temiendo la suya, se refugiaron en las aljamas de León y Castilla, replegándose en su religión, en el estudio y misterio de sus Libros Sagrados, haciendo penitencia y preparándose para la Redención. 

Fue entonces cuando surgieron los movimientos místicos y de pureza, como la Cábala cuyo significado es «tradición recibida» que los cabalistas medievales adoptaron como término para su propia doctrina con el fin de expresar la creencia de que no estaban innovando, sino que se limitaban a revelar la antigua tradición esotérica oculta de la Torá. Los eruditos académicos la consideran una síntesis originada en la Edad Media, pero que asimilaba e incorporaba a sí misma formas anteriores de misticismo judío, posibles continuaciones de antiguas tradiciones esotéricas, así como elementos filosóficos medievales.

 

Importancia cultural

Castro Iuedorum fue un importante centro de saber y misticismo judío, hogar de rabinos y estudiosos como los de la familia Sem Tob, a la que pertenecía Moisés de León. Rara era la comunidad judía de importancia de la época que en algún momento de su historia no tuviera un rabino, sabio o juez que no fuese un Sem Tob. 

La comunidad judía de León contribuyó al desarrollo de la Cábala, una corriente mística del judaísmo, favoreciendo la coexistencia y el necesario intercambio cultural y de ideas entre judíos y gentiles en la península ibérica durante el siglo XIII.

A principios de este siglo y al amparo de las nuevas potencias cristianas, se abrió para la aristocracia judía una época de esplendor. Su sofisticado y liberal modo de vida chocaba con los grupos más ortodoxos y racionalistas y ambos con la sencilla fe de la mayoría de la población. Mientras tanto, en los reinos cristianos el pueblo llano y las clases medias comenzaban a ser conscientes de ser en verdad los auténticos depositarios del concepto tanto de nación como de religión, llegando este cambio hasta las aljamas más aisladas, pobres y dispersas.

En esta época la judería de León fue un bullicioso centro de estudio judío donde se desarrollaron ideas que más tarde cuajaron y enriquecieron las obras de Moisés de León y se sintetizaron en el Zóhar.

Este ambiente proporcionó a Moisés de León un entorno rico en tradición judía y el necesario contacto interreligioso, que influyó en su visión humanística y mística de la religión.

Por el contrario, en los siglos siguientes XIV y XV, las comunidades judías en España enfrentaron persecuciones crecientes, culminando en la expulsión de 1492 tras el Edicto de Granada.


Moisés de León

Moshe ben Sem Tob, conocido como Moisés de León, nació alrededor de 1250 (algunas fuentes sugieren 1240) en León, en el seno de la ilustre familia Sem Tob, una saga de rabinos y sabios establecida en Castro Iuedorum desde al menos el siglo XI y posteriormente en la judería de la capital.

Crecido y educado en un entorno de erudición judía e influenciado por la tradición cabalística de Castilla y Cataluña, especialmente por figuras como Najmánides y Azriel de Gerona, Moisés de León es conocido principalmente por ser el autor o redactor del Zóhar (Sefer ha-Zohar, "Libro del Esplendor"), publicado alrededor de 1280, obra cumbre de la Cábala judía y comparable, según Unamuno “a Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Lulio y los místicos musulmanes”, siendo capaz “de unir poesía, filosofía y religión”.

Esta obra, escrita en arameo (curiosamente la misma lengua hablada por Jesús de Nazaret y utilizada en muchos textos religiosos de las iglesias cristianas de oriente), es considerada el texto fundamental de la Cábala judía y una de las obras más importantes de la literatura mística universal. Aunque el propio Moisés de León atribuyó el Zóhar al rabino tanaíta del siglo II Shimón Bar Jochai, los estudiosos modernos consideran que él fue su principal autor, combinando las tradiciones cabalísticas de Girona y de los gnósticos de Castilla en una obra monumental que interpreta la Torá y otros textos judíos desde una perspectiva mística.

En este sentido Moisés de León forma parte de una corriente filosófica humanista, muy ligada con el misticismo y arraigada en muchas de las juderías hispanas, especialmente en Cataluña, que buscaba los hilos de unión entre todos los hombres y el Universo. 

El Zóhar, que junto con el Séfer Yetzirah "El libro de la Creación", son los pilares doctrinales de la Cabalá, aborda temas como la unidad de las almas con lo divino, el simbolismo de las sefirot (emanaciones divinas) y la creación como un acto de pensamiento divino. Su estilo poético y alegórico lo distingue de tratados teológicos sistemáticos, reflejando el pensamiento religioso y la situación social de su tiempo.

Citando nuevamente a Unamuno, el Zóhar contiene un intenso hálito místico de “religiosidad hondamente hispánica”, creadora de conceptos filosóficos nuevos y “de la fantasía de los que soñaron la vida del alma en nuestra España eterna, la de los tres pueblos”.


Moisés de León


En sus otros libros escritos en los años posteriores a la conclusión del Zóhar, Moisés de León ocultó muchas de sus ideas más atrevidas y heterodoxas, para las que el ropaje del arameo había sido muy apropiado.

Fue el primero en recoger en el acrónimo “pardes”, las cuatro categorías convencionales por las que se dice que la Toráh podría interpretarse, el “pesat” o sentido literal, el “derat” o sentido hermenéutico, el “remez” o significado alegórico y el “sod” místico o cabalístico.

Obras suyas son también Sefer ha-Rimmon, en la cual se explica cabalísticamente todo el culto judaico; Ha-Miskal, refutación de los sistemas filosóficos tan a la moda en su época, que tenían por objetivo la explicación racional de la religión y el Sefer ha-Sadot, visión del infierno y de la gloria según la tendencia mística del apócrifo Libro de Enoc.

A pesar de su prestigio como místico y su relación tanto con figuras influyentes gentiles (cristianos y musulmanes) y judaicas, Moisés de León vivió  modestamente, reputado como hombre santo para las gentes de las tres religiones, era conocido como "el hombre del Nombre" por su supuesta capacidad de realizar milagros invocando el nombre de Dios.

Tuvo por amistades a místicos de diversas tradiciones, como el italiano Ménahem Ricanetti e Isaac ben Samuel de Acre, manteniendo vínculos con los franciscanos, con los que compartía los ideales de pobreza y amor por la naturaleza.

Vivió en diferentes ciudades como en la aljama de Guadalajara (1280-1290), en Ávila (hacia 1295) y en Arévalo, donde falleció en 1305. Fue enterrado en el cementerio judío de Ávila, en lo que hoy es la Huerta del Monasterio de la Encarnación y donde tras su muerte residieron su viuda e hija. Como curiosidad consta que un tal Don Yosef de Ávila, arrendador de impuestos con Sancho IV ofreció casar a su hijo con la hija de Moisés a cambio de que su viuda le entregara el manuscrito del Zóhar, lo que destaca el valor que ya tenía la obra en su tiempo.

Su influencia se extendió por la península Ibérica, Francia, Italia, el norte de África y el próximo oriente, convirtiéndose su obra en un pilar esencial de la Cábala, que influyó poderosamente en el posterior pensamiento judío y en la mística universal.

En la actualidad la calle Moisés de León en el barrio del Polígono X, frente al cerro donde se situó Castro Iuedorum honra su legado y es un recordatorio de la importancia de la huella judía en la ciudad. También, desde 1997 un monolito levantando en un parque de Puente Castro guarda la memoria de los judíos que allí vivieron.


César J. Pollo - 2025 © 



lunes, 19 de mayo de 2025

BSAL, LA MUERTE SILENCIOSA DE LAS SALAMANDRAS


Bsal es un hongo quitridio (Batrachochytrium salamandrivorans), cuyo nombre científico ya da miedo, que afecta gravemente a salamandras y tritones, causando una enfermedad letal conocida como quitridiomicosis.

Originario de Asia, donde coexiste con diferentes especies de anfibios sin causar daño significativo, Bsal fue introducido en Europa probablemente a través del comercio internacional de anfibios, detectándose por primera vez en 2013 a partir de tejido epitelial de Salamandra común (Salamandra salamandra) en los Países Bajos. Ha provocado una disminución drástica, principalmente de las poblaciones de esta especie, en regiones de Bélgica, los Países Bajos y Alemania.


Sus principales características son las siguientes:

- Bsal causa una enfermedad cutánea que puede manifestarse como úlceras o lesiones en la piel, aunque los animales infectados no siempre muestran síntomas visibles. La infección puede llevar a una mortalidad masiva, afectando tanto a poblaciones silvestres como a poblaciones en cautiverio.

- Se propaga por contacto directo entre anfibios, agua contaminada, o incluso a través de materiales como plantas o equipos. Puede sobrevivir en el ambiente sin hospedadores, lo que dificulta su control.

- Se detecta mediante hisopados de piel analizados en laboratorio para identificar ADN de Bsal. En animales muertos, se combina con autopsias e histología para confirmar la causa de muerte.

- Las medidas preventivas clave incluyen restricciones al comercio de anfibios asiáticos, protocolos de higiene estrictos para terrarios y equipos, y evitar la liberación de animales o materiales contaminados en la naturaleza. También se fomenta la vigilancia de poblaciones silvestres y el reporte de mortalidad masiva.

En Europa, se han implementado planes de acción, como los de la Universidad de Gante y Natuurpunt, para monitorear y contener la propagación de Bsal. En Vlaanderen (Flandes), las poblaciones de salamandras aún no han sido afectadas, pero la vigilancia es constante.

En América del Norte, un extenso estudio (2014-2017) con más de 11.000 muestras no detectó Bsal en poblaciones silvestres, sugiriendo que aún no está presente o es muy raro, pero se recomienda continuar la vigilancia en especies susceptibles y rutas de introducción potenciales.

La investigación sigue enfocada en entender la susceptibilidad de especies, rutas de invasión y métodos de detección ambiental para prevenir brotes catastróficos.

Hasta la fecha los hospedadores potenciales y confirmados de Batrachochytrium salamandrivorans son poblaciones de salamandra común, la salamandra de piel rugosa (Taricha granulosa) de Norteamérica y el tritón de vientre de fuego (Cynops pyrrhogaster) de Japón, que es relativamente resistente a la infección y puede haber sido un vector de transmisión del hongo en su llegada a Europa.

Bsal representa una amenaza significativa para la biodiversidad de los anfibios, especialmente en Europa y América del Norte, donde las especies no tienen resistencia natural al hongo. La colaboración entre científicos, autoridades y aficionados a los anfibios es crucial para prevenir su expansión y mitigar su impacto.

El Sistema de alerta temprano para detectar la afección del hongo Bsal en anfibios de las montañas de la Cordillera Cantábrica, en el Parque Natural Fuentes Carrionas (Palencia) y el Parque Nacional de Picos de Europa (León-Asturias-Cantabria), principalmente, pero también en otros espacios naturales y Zonas de Especial Conservación (Red Natura 2000) de la cordillera donde también hay salamandras y tritones.



Mas información: Proyecto BsAlert


César J. Pollo - 2025 ©




viernes, 2 de mayo de 2025

LOS LÍMITES NOROCCIDENTALES DE AL-ÁNDALUS Y EL "DESIERTO DEL DUERO"

Los límites noroccidentales del control político de al-Ándalus, fronteras y "tierras de nadie" en la Meseta Norte

Un hecho relevante durante el medievo, en la historia del valle del Duero e influyente para la posterior organización territorial de la meseta norte ibérica, es la evolución de los límites del control político andalusí y la aparición de las «tierras de nadie» existentes entre el mundo islámico hispánico y los reinos cristianos del norte.

A diferencia de la "frontera oriental", en las actuales Cataluña, Aragón y Navarra, que fue bastante estática hasta el siglo XI, la frontera occidental fue muy dinámica y cambiante, dando origen a peculiaridades geográficas, históricas y sociales.

En el inicio del dominio islámico de Hispania, los Omeyas fueron capaces de controlar toda la meseta norte hasta Galicia y la costa, aunque ese control inició el principio de su fin tras la revuelta de Pelayo y los caudillos locales en la actual Asturias a comienzos del siglo VIII.


Expansión del islam hasta la caída de los omeyas

Por Romain0, Rowanwindwhistler - Este archivo deriva de: Conquête de l'Islam à la chute des Omeyyades.svg, CC BY-SA 3.0


Pero los problemas se le acumulaban al Califato durante este siglo, ahora por el sur, una revuelta beréber en el 741 pone en jaque el control político de al-Ándalus.

En este contexto bélico, las guarniciones islámicas del norte de la Península se retiran y, el naciente reino cristiano al otro lado de la Cordillera Cantábrica aprovecha para tomar aire, afianzarse y, ya puestos, saquear algunas de las ciudades abandonadas por las tropas califales.

Es en este momento en el que surge un vacío de poder a lo largo de un amplio territorio, el "Desierto del Duero", como consecuencia de la parálisis de las tropas cristianas que no avanzan en su dominio político a través de la Cordillera Cantábrica, y el poder islámico al sur, que tampoco lo hace más allá del Sistema Central y el Duero Occidental.

  
Mapa hacia el año 800 / 190 A.H.
Mapa: Dani6CBP

Durante aproximadamente un siglo la situación se mantuvo así, la población que ocupaba esta zona entre ambos estados se mantiene en una especie de “limbo” político. Aunque ya se ha rechazado la hipótesis (de Sánchez-Albornoz) sobre la despoblación total de la cuenca del Duero, lo cierto es que no existe en esa amplia región ningún poder superior con capacidad ni continuidad, geográfica ni política, de control.

Las comunidades locales, aunque no desaparecen, se encuentran muy desorganizadas políticamente más allá de estructuras de poder locales o comarcales y expuestas a continuas razias e incursiones, sobreviviendo en la zona como una “tierra de nadie” de gran valor estratégico a nivel político.

Algunas ciudades como Zamora sobreviven como centro de poder local, aunque en una situación muy desmejorada, usándose estos "centros urbanos" como lugar de refugio en tiempos de ataques e incursiones, por parte de las poblaciones rurales cercanas.

Con el tiempo, los distintos reyes y caudillos cristianos de Asturias y Galicia comienzan a extender su dominio al otro lado de la Cordillera Cantábrica, por las zonas norte de las cuencas del Miño y del Duero, territorio este último de difícil colonización, puesto que el flanco oriental del reino era con diferencia el más desprotegido, razón por la que en esa zona tuvieron que construirse multitud de castillos que con el tiempo darían nombre a una nueva entidad territorial: Castilla.​

Se inicia de esta forma una tímida organización política del territorio y una restauración de las ciudades que habían quedado en declive por esta situación.

Los primeros avances significativos hacia la Meseta fueron protagonizados por los foramontanos, nombre con el que se designaba a los colonos que abandonaban los territorios montañosos del Norte y se dirigían hacia el Sur a colonizar el llano.

Para mitad del siglo IX, esta “tierra de nadie” comienza a reducirse, dados los vigorosos avances cristianos por tierras de Galicia, León o Burgos. Mientras, las posiciones más septentrionales del Emirato cordobés, en Coímbra, Lamego y Viseu, son cada vez más precarias.

  Mapa hacia el año 850 / 240 A.H.

Mapa: Dani6CBP


Será Ramiro I de Asturias quien realice un intento de colonización y fortificación de la ciudad de León, aunque esta iniciativa sería desbaratada por una incursión musulmana. Su sucesor, Ordoño I, aprovecharía el creciente poderío militar astur así como los problemas internos del enemigo, para establecer y fortificar plazas estratégicas en la Cuenca del Duero.

En el 876 el por entonces todavía Reino Astur conquista Coímbra y Viseu y, para el año 900 alcanza la línea del Duero como límite meridional de sus dominios. Sin embargo, los andalusíes se retiran del norte de la Marca Inferior (división administrativa y militar del oeste de al-Ándalus), manteniendo así la zona neutral entre ambos.

 Mapa hacia el año 900 / 290 A.H.

Mapa: Dani6CBP


Las incursiones militares (aceifas para los musulmanes y cunei para los cristianos) de los sarracenos hacia León y Galicia solían hacerse durante el verano, de forma tal que debían atravesar el "Desierto del Duero", un lugar poco propicio para el aprovisionamiento de las tropas y muy alejado de sus bases, que se situaban en Toledo, Coria, Talamanca y Coímbra, poblaciones que se situaban a más de 400 kilómetros de sus objetivos.

Para el siglo X, la frontera entre el Reino de León y el Emirato de Córdoba es una frontera difusa, caracterizada por esa “tierra de nadie” en la que las comunidades locales (cristianas y musulmanas) viven de manera autónoma a cualquier poder estatal superior.

Sin embargo, en el esplendor del Califato de Córdoba, surge la figura de Abu ʿAmir Muhammad ben Abi ʿAmir al-Maʿafirí, Almanzor (el victorioso), que recuperará la iniciativa y la supremacía militar andalusí, expulsando de nuevo a los cristianos más allá del Duero, posiblemente fortificando posiciones en la región y dominando todo el centro peninsular.

Aunque las diversas fuentes no coinciden, se calcula que realizó alrededor de cincuenta y seis campañas, veinte de ellas en el primer periodo del 977 al 985. En estas ofensivas, Almanzor atacó tanto centros de importancia política (León) y económica como religiosa (Santiago). Las aceifas tenían como objetivo táctico y económico la captura de cautivos y ganado del enemigo; estratégicamente buscaban generar un estado de inseguridad permanente que impidiera a los cristianos desarrollar una vida organizada —fuera de castillos, ciudades fortificadas o sus proximidades—.​ Su característica principal era su corta duración y la lejanía de los puntos alcanzados en ellas. Sin embargo, a pesar del éxito militar de las numerosas incursiones deteniendo el avance de las repoblaciones cristianas y desmantelando importantes fortalezas y ciudades, no consiguió modificar notablemente las fronteras,​ porque Almanzor rara vez ocupó los territorios que saqueaba.

Mapa hacia el año 1000 / 390 A.H.

Mapa: Dani6CBP


La repentina muerte del líder califal y la división interna en al-Ándalus, con la disgregación del Califato Omeya de Córdoba (hacia el 929) en los diversos “reinos de Taifas", hace que de una manera fugaz vuelva a generarse una "zona tapón" entre el Sistema Central y los reinos cristianos, afianzados en la línea del Duero.


Mapa año 1030 / 420 A.H.

Mapa: Dani6CBP


Finalmente, con la expansión de León y Galicia en el Occidente y la conquista leonesa de Toledo, al otro lado del Sistema Central, la cuenca del Duero se ve completamente organizada políticamente, desapareciendo tras más de 300 años esas "tierras de nadie".

Mapa hacia el año 1086 / 476 A.H.

Mapa: Dani6CBP


La necesidad de organización político-social del territorio, junto a la repoblación (aunque el territorio no estuviera deshabitado sí estaba menos densamente poblado) dio lugar a una de las formas de organización políticas autóctonas peninsulares, las Comunidades de Villa y Tierra. Estas consistían en tierras comunadas que incluían a distintas aldeas alrededor de una villa mayor y que se subdividían, a su vez, en sexmos u ochavos. Estas tierras podían ser, según su dueño, de realengo si eran del rey, de abadengo si son de un abad o de un obispo, de solariego si son de un noble u orden militar o de behetría si son los propios habitantes quienes eligen al señor.

Con el tiempo, en este nuevo sistema, donde el centro y eje del esquema administrativo será la Villa, los vecinos o villanos, organizados en concejo, reciben del Rey un amplio territorio de centenares y aún millares de kilómetros cuadrados, sobre el que van a ejercer los derechos de propiedad y organización que anteriormente correspondían al Rey, nobles y abades.

Las competencias de las Comunidades y su autonomía no estaban reñidas con la presencia en la misma de un representante del Rey, para velar por sus intereses, especialmente fiscales. Todas las Comunidades eran iguales y solo se relacionan directamente con el rey, pues este es el único lazo de unión con la Corona.



Comunidades de Villa y Tierra

Esta nueva estructura administrativa será la que originará que la propiedad de las tierras se mantenga, con el paso de los siglos, con una estructura muy distinta entre la mitad sur y la mitad norte ibérica. En aquella predominarán los latifundios pertenecientes a la nobleza, las ordenes militares y los grandes señores, premiados por el Rey con títulos e inmensas propiedades en sus conquistas territoriales a los musulmanes, mientras que en el norte predominarán mayoritariamente los minifundios pertenecientes a pequeños propietarios. 

Como hemos visto, el occidente hispano vivió durante este periodo una situación de desarticulación política, aunque no de despoblación total ni de desaparición de sus ciudades o villas, generándose así una singular organización social que posteriormente conoceremos como las Extremaduras históricas, la Extremadura portuguesa, la leonesa, la castellana, la aragonesa y la navarra.



Las Extremaduras es el término utilizado para referirse a varias entidades territoriales que comprendían un amplio espacio histórico (siglo XI-XV), correspondientes a las regiones de la Extremadura leonesa del Reino de León, la Extremadura castellana del Reino de Castilla, la Extremadura portuguesa en el centro-oeste de Portugal, que inicialmente formaba parte de la Extremadura leonesa, la Extremadura aragonesa y la Extremadura navarra, zonas en las que la mayoría de las localidades eran fronterizas y con fuero propio.

En León y Castilla, sendos territorios se integraron con la unión de los reinos en 1230.

Estas amplias áreas fueron uno de los ejes geopolíticos y económicos de la historia medieval peninsular desplegado a lo largo de los territorios de frontera, desde Portugal hasta Aragón, pasando por León y Castilla.

A nadie se le oculta la relación de esta amplia zona con una actividad económica característica y determinante, la transhumancia de la cabaña principalmente ovina y el Real Concejo de La Mesta, creado en 1273 por Alfonso X el Sabio, reuniendo a los pastores en una asociación ibérica y otorgándoles importantes prerrogativas y privilegios. Con anterioridad los ganaderos ya se reunían en asambleas o concejos llamados "mestas" varias veces al año con el fin de tratar sobre los problemas y negocios concernientes a sus ganados o gobierno económico, y para distinguir y separar los mestencos (animales sin dueño conocido) que se hubiesen mezclado.

La continuidad de la asociación entre Extremadura y las zonas de invernada de los ganados se mantiene en la actualidad, aunque el transporte de las reses sea mayormente distinto en nuestros días.

Con la creación de la Provincia de Extremadura (durante las Cortes de Toro de 1371 y recuperando jurídicamente su independencia en 1653), y la disolución administrativa de la denominada Extremadura castellana, surgirá el precedente institucional de la actual Comunidad Autónoma de Extremadura, retomando el topónimo y la memoria de las antiguas Extremaduras, con orígenes como entidad territorial en el siglo XI.


César J. Pollo - 2025 ©










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